Más que Toros
Pintura y Tauromaquia
ARTE Y CULTURA SIN COMPLEJOS: PINTURA Y TAUROMAQUIA AL ALIMÓN
José Ángel Nava
Eran las cinco de la tarde de un día cualquiera, cuando mirando un cartel de toros viejo del maestro Zuloaga pensé en la maravillosa fusión que formaban el toreo y la pintura. Entonces comprendí que ese conjunto estético reflejaba un “ritual”, el ritual del arte. Una ceremonia motivada por la fuerza intrínseca de la naturaleza que tiene como necesidad imperiosa la creación de algo nuevo a través de la belleza y el sentimiento. Y es que “el sentimiento es la mayor expresión del arte”, decía nuestro gran compositor Manuel de Falla.
Obrar en base a nuestro sentir más profundo forma parte de ese proceso de creación artística humana. El pintor, a través de su talento, es capaz de transformar un lienzo en blanco, insertando luces, sombras, colores, matices, texturas, etc. De igual manera, el torero tiene la misión de crear belleza a través del ritmo, la danza, el dinamismo, la figura, la composición, el riesgo, la vida, la muerte etc. Por consiguiente, es capaz de crear una dimensión estética nueva. En el libro ¿Qué es torear? del gran crítico y ensayista de ABC Gregorio Corrochano podemos ver la gran variedad de suertes que existen y que nos transmiten una maravillosa estética.
Es inevitable sentir inspiración en todo lo que conforma la tauromaquia, y si no podríamos preguntarle a Goya, Fortuny, Sorolla o Ramón de las Casas entre otros muchos pintores, qué les llevó a reflejar la tauromaquia en sus obras. Y no solo han sido pintores, grandes intelectuales, filósofos y literatos como Moratín, Galdós, Unamuno, Valle Inclán, Machado, Ortega y Gasset o Menéndez Pelayo, que lo han reconocido públicamente como un reflejo artístico e identitario de nuestra sociedad. Por lo tanto, hablar de tauromaquia, así como hablar de pintura, música, escultura, poesía, literatura, teatro, danza o filosofía, es hablar taxativamente de Arte con mayúsculas. Y con las figuras tan grandes que ha tenido a lo largo de la historia como Joselito, Belmonte, Marcial Lalanda o Domingo Ortega entre muchos, es imposible no hacerlo de otra manera. Por este motivo es indudable que los toros, formen parte de nuestra idiosincrasia, y, por consiguiente, sean propiedad de España y de todos los españoles desde el día que nacemos. Como dice el gran académico y cronista Andrés Amorós, al que admiro: “Es la filosofía popular del pueblo español”.
Y es que la tauromaquia se respira en nuestro día a día, formando parte hasta de nuestra riquísima lengua castellana, negarla es negarnos a nosotros mismos, no solo como pueblo, si no como individuos libres. Decía Federico García Lorca; “La tauromaquia es la riqueza poética y vital de España”. No hay más que disfrutar con su elegía ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’ para palpar la trascendencia de la misma. Posiblemente, desde las Coplas de Jorge Manrique, no se había hecho nada mejor en este estilo y es un ejemplo de lo hondo que puede calar lo taurino en otras manifestaciones artísticas. El flamenco o la canción española son uno de sus máximos exponentes. Las obras de Rafael de León, Quintero y Quiroga en las voces de artistas como Concha Piquer, Imperio Argentina, Estrellita Castro o Juanita Reina forman parte de nuestro patrimonio musical. Sin olvidarnos de las voces de Caracol, Farina o Valderrama, entre otros muchos.
También La Zarzuela se ha encargado de que la tauromaquia este presente y así lo demuestran algunas obras como ‘La Verbena de la Paloma’ de nuestro paisano Tomás Bretón, ‘Las Bodas de Luis Alonso’ o ‘Agua, Azucarillos y Aguardiente’.
Y es que, si hay algo que nos inspira a los artistas, es nuestra cultura, en especial, la tauromaquia. Y aquí puedo hablar en primera persona, pues desde mi más tierna infancia, la tauromaquia ha formado parte de mi vida. Mis primeros dibujos con tres o cuatro años eran de toros y hasta el día de hoy lo taurino conforma un espacio imprescindible de mi obra pictórica. De hecho, la primera exposición que realicé de forma profesional fue dedicada a la tauromaquia, con las principales figuras del toreo contemporáneas. Actualmente tengo el honor de compartir espacio expositivo permanente con otros muchos artistas en el Museo Taurino de Salamanca con una obra homenaje a Andrés Vázquez ‘El Nono’, cosa que me llena de un gran orgullo.
Y es que, siempre he defendido y apoyado a través de mi arte nuestras costumbres y tradiciones, porque en ella tenemos los pintores, una fuente inagotable de inspiración y creatividad. Tenemos la fortuna de pertenecer a una civilización con más de tres mil años de historia que nos ha brindado maravillosos escritores, poetas, compositores, músicos, toreros, filósofos, pintores y escultores que han construido una identidad con la mayor riqueza cultural de todas y por la que se nos conoce en todo el mundo.
Si tenemos en cuenta que un pueblo desaparece cuando se acaba con su identidad cultural, en el actual proyecto de autodestrucción de España que vivimos, el arte y la cultura nacional son los principales instrumentos de ataque. La tauromaquia, el folclore, la religiosidad popular, el patrimonio histórico y todas nuestras tradiciones en general son las principales víctimas.
Por esta razón, en estos tiempos tan difíciles, es necesario que nos mantengamos firmes en nuestros principios y que los artistas, a través del arte, defendamos con responsabilidad nuestros valores e identidad sin complejos, pues la cultura es de todos y es lo que somos.
Por el momento, mis pinceles seguirán trazando en libertad caireles y alamares en honor a la tauromaquia, que seguirá siendo inspiración de mis pintura y expresión artística.

